Marruecos prolonga 50 kilómetros el muro en el Sáhara Occidental contra el Frente Polisario

Las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos (FAR) han prolongado el muro de defensa en el Sáhara Occidental con cincuenta kilómetros suplementarios en torno a una comuna rural llamada Touizgui, situada en el extremo sureste de Marruecos y a solo tres kilómetros de distancia con la frontera con Argelia (y de los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf). El objetivo que persigue la ampliación es evitar infiltraciones y ataques del Frente Polisario, sin embargo, la información, que circula desde el pasado lunes por las redes sociales (con apoyo de fotos por satélite), la recoge el diario Ahdaz al Magrebiya, según Efe, que explica que oficialmente ni las FAR ni el gobierno han confirmado estas obras.

El muro, construido en diferentes fases de 1980, se extiende durante más de 2.700 kilómetros y divide en dos el Sáhara Occidental, una zona reconocida internacionalmente como Marruecos y otra llamada zona colchón o territorios liberados, bajo control del Frente Polisario. El mencionado diario señala que el muro levantado por equipos de ingeniería de las FAR trata de «estrangular al Polisario», y califica la obra como de carácter defensivo, aunque no se descarta proseguir más al sur y mover el muro hasta la frontera misma con Argelia. Si eso sucediera, significaría el fin de la zona que separa el Sáhara controlado por Marruecos de la del Polisario.

En el extremo sur del Sáhara Occidental se sitúa el paso de Guerguerat, que hace de frontera con Mauritania, donde se produjo el último conflicto entre el Polisario. Desde noviembre, el Frente Polisario declaró la guerra a Marruecos tras acusar a su gobierno de romper el alto el fuego entre ambos, vigente de 1991, después de que el ejército de Rabat desalojara de dicha zona a decenas de saharauis que se habían concentrado para bloquear el transporte de recursos extraídos del territorio ocupado en el Sáhara Occidental hacia el Sahel. En una entrevista en el programa El Drago de la Cadena Ser, el cónsul de Marruecos en Canarias, Ahmed Moussa, tildó de “propaganda” la guerra declarada por el Frente Polisario.

Sin embargo, muchos de los los sucesivos ataques del Polisario contra las FAR, según Efe, han tenido lugar precisamente en la zona de Mahbes, en el extremo noreste del Sáhara Occidental, muy cerca del lugar donde ahora se ha levantado el nuevo muro. Marruecos ha reiterado que ha respetado los denominados territorios liberados, pero en los últimos tiempos cada vez envía más advertencias de que no piensa mantener este statu quo y quiere llevar su control hasta los confines de todo el Sáhara.

La escalada de la tensión en la zona ha llevado incluso a la empresa pública española Enaire, que gestiona la navegación aérea española, a recomendar desde el pasado 4 de febrero evitar sobrevolar la mayor parte del espacio aéreo del Sáhara Occidental. Esto, a juicio del Frente Polisario, fue el reconocimiento por parte del Gobierno de España de que es la potencia administradora del único territorio no autónomo de África, según reconoce la ONU.

En el marco internacional, tras el fracaso del referéndum por el que apostaba la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental), Estados Unidos, durante el mandato de Donald Trump, reconoció en diciembre la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, pero en Europa Rabat no ha encontrado la misma posición. En concreto, el país alauí decidió suspender las relaciones diplomáticas con Alemania después de que la bandera de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) ondeara en el parlamento de Bremen con motivo del 45 aniversario de la fundación del Frente Polisario, según publicó El Confidencial.

En este punto, España ha mantenido una postura basada en buscar el consenso internacional, sin apoyar abiertamente el reconocimiento de EE.UU a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental ni el derecho a la autodeterminación propuesto por la MINURSO. Las relaciones entre ambos países quedaron en entredicho después de que la reunión entre los jefes de gobierno de ambos países fijada para diciembre quedara aplazada y persiste sin fecha prevista.

En noviembre, sí viajó a Rabat el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, con el objetivo de activar mecanismos de repatriación ante el aumento del flujo de llegadas de personas desde Marruecos a Canarias y reforzar la vigilancia de las costas. Fruto de estas reuniones, cada semana vuelan desde Gran Canaria cuatro aviones con 40 inmigrantes cada uno que aterrizan en El Aaiún, según han confirmado a Efe fuentes relacionadas con estos operativos.

Además, a inicios de marzo se han desarrollado maniobras militares de EE.UU y Marruecos bajo el nombre Lightning Handshake 2021, con despliegues de unidades de la Sexta Flota de la Armada del país norteamericano al norte de Canarias, a una distancia de entre 12 y 50 millas al norte de La Graciosa, con participación de aviación de Rabat y con apoyo de la OTAN. Esta operación fue rechazada por Sí Se Puede, que señaló la coincidencia de estas maniobras con la crisis provocada por la inmigración que sale de costas marroquíes y la disputa por la soberanía en el Sáhara Occidental.

Por su parte, el cónsul de Marruecos en Canarias declaró que las maniobras se sucedieron “en zona marítima marroquí” y recordó que Rabat es “un aliado histórico” de Estados Unidos; de hecho, trajo a colación que durante 2018 España participó con Marruecos en el Africa Lions, una maniobras terrestres en las que “la marina española transportó un batallón de infantería”.

Precisamente, las aguas entre Canarias y Marruecos también generaron un conflicto, cuando a principios de 2020 el Gobierno de Rabat aprobó dos leyes para delimitar sus aguas. El presidente del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, ha reiterado su postura: Marruecos no tocará «ni un milímetro» las aguas canarias; y también ha manifestado que el país alauí no puede apropiarse de las aguas del Sáhara Occidental. Por su parte, el Parlamento de Canarias aprobó por unanimidad una Proposición No de Ley para reclamar una «solución justa, duradera y aceptable» al conflicto y la apertura de un corredor humanitario permanente con el campamento de refugiados de Tinduf (Argelia). Más contundente ha sido el Cabildo de Gran Canaria, que durante la inauguración de una exposición en la fachada de su sede en la isla que coincidía con el 45 aniversario de la proclamación de la RASD, reclamó al Gobierno central que diera un paso al frente ante la situación que vive el pueblo saharaui, con el que reafirmó su compromiso.

(Fuente: eldiario-2021/03/10)