Los campamentos de población refugiada saharaui se blindan ante el coronavirus

  • En Tinduf todavía no ha entrado el virus pero las autoridades ya han empezado a tomar medidas de prevención para blindar a una población especialmente vulnerable
  • El Frente Polisario ha requerido la inmediata intervención de la ONU para la puesta en libertad de todos los presos políticos en los territorios ocupados por Marruecos

La pandemia causada por el coronavirus continúa extendiéndose. La incidencia en África es, de momento, pequeña en comparación a Europa o Estados Unidos. Pero puede ser mucho más peligrosa todavía si se extiende a los niveles que estamos viendo en nuestros países. Se contabilizan ya más de 1.700 casos en todo el continente, siendo Sudáfrica el país más afectado con más de 700. En Argelia se habían registrado hasta el martes 230 caso y 17 muertes, por lo que el Gobierno decretó el cierre de cafeterías, restaurantes y comercios. En su territorio se encuentran, desde hace más de 40 años, los campamentos de población refugiada saharaui. En Tinduf todavía no ha entrado el virus pero las autoridades ya han empezado a tomar medidas de prevención para blindar a una población especialmente vulnerable.

Cualquier persona que haya estado estos campamentos se puede hacer una idea de las dificultades añadidas que tendrían los saharauis en el caso de que estallara un brote. Principalmente por los pocos medios sanitarios existentes pese al esfuerzo y ayuda humanitaria recibida durante décadas.

Las primeras medidas se anunciaron ya el pasado 17 de marzo. Y dos días después se incrementaron. El Frente Polisario creó un Comité Nacional de Seguimiento y Prevención del coronavirus. Este organismo decretó el día 19 el cierre de fronteras terrestre. “Solo se permitirá el tránsito de ciudadanos que acrediten causas de fuerza mayor o situación de necesidad”, destacaron en un comunicado. Esta situación incluye a las llamadas “zonas liberadas”, fuera de los campamentos y el este del muro construido por Marruecos al iniciarse la guerra.

Además, tampoco está permitido el tránsito hacia o desde la ciudad de Tindouf, donde muchos saharauis van habitualmente a realizar compras o algunas gestiones administrativas. Las medidas incluyen también la suspensión de cualquier evento público y la circulación entre “wilayas”, es decir, los diferentes campamentos existentes, cinco en total.

“Cuidar la higiene personal, evitar el contacto físico, mantener la distancia recomendada y evitar reuniones son medidas fundamentales. En caso de sentir síntomas como fiebre, tos o dificultades respiratorias, las autoridades sanitarias piden informar de forman inmediata al centro de salud más cercano”, destaca el Gobierno entre sus recomendaciones.

La ministra de Salud Pública saharaui, Jira Bulahe, exdelegada del Frente Polisario, declaraba justo ayer que “desde que se el estado de alerta por la propagación del virus a nivel mundial, el estado saharaui ha tomado una serie de medidas preventivas”, destacando que “hasta el momento no se han reportado ningún caso en los campamentos de refugiados o en las zonas liberada”. Lo hizo en una visita a las instalaciones acondicionadas para las posibles cuarentenas, junto al presidente Brahim Gali.

Gali advirtió que “ante la ausencia de vacunas contra este virus, el sistema sanitario del Estado saharaui debe hacer de la prevención su principal eje de acción. Del mismo modo alabó el alto nivel de concienciación de la ciudadanía saharaui ante esta grave crisis.

Desde los campamentos saharauis siguen al minuto lo que está pasando y miran con especial preocupación a la situación española. Varias han sido las muestras de solidaridad difundidas en los últimos días. En una de ellas, varios niños y niñas protagonizan un emotivo vídeo dando ánimos y fuerza a nuestro país. “Los pueblos solidarios no pueden ser vencidos por un virus”, finaliza. Hay que recordar que cada año, desde hace 40, miles de niños y niñas saharauis pasan el verano en nuestro país acogidos por familias dentro del programa Vacaciones en Paz. Las asociaciones solidarias continúan con el programa abierto para este año, aunque la situación es evidentemente complicada y es difícil pronosticar si se podrá llevar a cabo.

La solidaridad entre el pueblo español y el saharaui es recíproca. Un grupo de activistas por la causa saharaui, juristas o asociaciones, han enviado una carta a la ONU advirtiendo de la grave situación que la pandemia puede generar a la población saharaui tanto en los territorios ocupados como en los campamentos.

“La población saharaui en estos campos es especialmente vulnerable debido a la falta preexistente de nutrientes necesarios y enfermedades crónicas asociadas con 45 años de vida en los campos de refugiados. Aunque las autoridades saharauis, en coordinación con la Media Luna Roja y la OMS, han implementado todas las precauciones necesarias, como cuarentena, medidas de higiene y prohibición de la entrada de extranjeros, es urgente que la población tenga acceso a la prueba covid-19 y Fortalecer el stock de medicamentos que ya son bajos e insuficientes”, destacan.

Presos en los territorios ocupados

Por otra parte, en el Frente Polisario, se muestra especial atención a la situación de los territorios ocupados por Marruecos, el antiguo Sahara Occidental, la provincia 53 española. Y en concreto miran hacia las cárceles. El Frente Polisario ha requerido la inmediata intervención de la ONU para la puesta en libertad de todos los presos políticos para que puedan ser trasladados al Sahara Occidental y reunirse con sus familiares. También ha responsabilizado al régimen marroquí por la vida de los activistas saharauis, “condenados en juicios ilegales, al señalar las deplorables condiciones en la que se encuentran y la ausencia de condiciones de seguridad para enfrentar tal pandemia”.

Precisamente ayer la ONU, a través de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instó a los gobiernos de todo el mundo a tomar medidas para evitar que el coronavirus se extienda de forma masiva en las cárceles. Para ello reclamó reducir la población carcelaria, teniendo en cuenta los colectivos de riesgo y los «presos políticos».

(Fuente: Cuartopoder-2020/03/26)