El poco tiempo del que ha dispuesto la organización para organizar la acogida o el nuevo foco de crisis abierto con la guerra en Ucrania han rebajado la cifra habitual de acogidas.

El programa «Oporrak Bakean» lleva funcionando en Euskadi desde hace más de 30 años posibilitando que miles de niños y niñas saharuis pasen sus veranos en Euskadi acogidos por familias vascas. Este años el número de niños acogidos va a descender de forma importante. Los plazos ya se han cerrado y solo tienen confirmado el viaje 110 niños, más otros 30 que se encuentran en espera, unos números muy inferiores a los 300 habituales de otros años.

Tal y como ha explicado la responsable del programa en Gipuzkoa, Edurne Uzkudun, la causa hay que buscarla en varios factores. El primero, la pandemia que venimos sufriendo los últimos dos años ha provocado que la decisión de viajar no se aprobase hasta el último momento, por lo que el tiempo para buscar familias de acogida o preparar los albergues de acogida se ha reducido notablemente. Además, la guerra en Ucrania tampoco ha ayudado, porque supone un foco de crisis más al que atender y la solidaridad se va dividiendo.

Por otro lado, el cambio de requisitos que ha impuesto el Frente Polisario, que este año no permite que los niños de una misma familia repitan en el programa. Habitualmente, el programa ha permitido viajar a Euskadi a niños y niñas de entre 8 y 12 años, haciendo que hermanos o primos fuesen acogidos por una misma familia creándose así una vinculación con las familias de acogida. Este año, los 110 menores que llegarán a Euskadi serán nacidos en 2014, niños de 8 años.

Sin embargo, desde «Oporrak Bakean» destacan la solidaridad de las familias vascas, que han respondido afirmativamente al ofrecimiento en un tiempo récord, y destacan que con estos niños de 8 años se abre una nueva vinculación entre familias del Sahara y Euskadi.

Estos niños viven en los campamentos de refugiados de Tinduf en Argelia, donde en los próximos meses la temperatura rondará los 50 grados y su acogida en Euskadi les permite escapara de esas temperaturas agobiantes además de poder salir de sus casas que, en muchas ocasiones no pasan de ser una tienda en el desierto.

(Fuente: cadenaser-2022/05/03)