El contencioso del Sáhara Occidental siempre vuelve cíclicamente a la actualidad política española. Y es que España sigue siendo la potencia administradora que habría de llevar, ante los ojos de la comunidad internacional, a este territorio a la descolonización. Sin embargo, para Marruecos, la cuestión saharaui es un elemento fundamental, prioritaria. Por ello, enviaba, la noche del lunes al martes, a miles de civiles a migrar a Ceuta a nado jugándose sus vidas. Una forma de afear al Gobierno de Pedro Sánchez que aceptara que Brahim Gali, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y secretario general del Frente Polisario, se trate en el hospital de Logroño; una manera de reprocharle que no siguiera los pasos dados por Donald Trump el pasado 10 de diciembre, reconociendo la soberanía marroquí sobre la excolonia española contra lo que dicta la legalidad internacional. De todo ello, habla Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario para el Estado español.
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