Brahim Gali continúa ingresado en el hospital de Logroño, ¿cuál es su estado de salud?

Está recuperándose de su dolencia, dentro de la gravedad de su covid-19, evoluciona favorablemente.

El martes conocíamos que la Audiencia Nacional reabre la querella contra Gali. Se le acusa de cargos muy duros, tales como genocidio, tortura… ¿Qué valoración hace sobre esto el Frente Polisario?

«El único genocidio cometido allí es el perpetuado por Marruecos contra el pueblo saharaui»

La única preocupación que tenemos es el estado de salud de nuestro presidente, que se recupere cuanto antes para que regrese a su país y recupere sus funciones. Lo de la querella entra dentro del marco de Marruecos de instrumentalizar la presencia de nuestro presidente en España por cuestiones humanitarias. El ocupante es marroquí, el único genocidio cometido allí es el perpetuado por Marruecos contra el pueblo saharaui. Tratan de convertir a las víctimas en verdugos, este es el objetivo final de todo esto. Ruido mediático, nada más.

El martes, el Sáhara volvía a los titulares españoles. ¿Qué opinión le merece la crisis de Ceuta, el envío masivo de civiles por parte de Marruecos?

Eso forma parte la política de presión y manipulación de siempre con respecto a España. Así actúa Marruecos en las relaciones bilaterales con todos los países, en especial con España y la Unión Europea. Por ello, la Unión Europea y España endosan a Marruecos ingentes cantidades de dinero para contribuir a frenar los flujos migratorios. Sin embargo, le dan la posibilidad de abrir las puertas cuando quiera, haciendo un uso inhumano e irresponsable de sus propios ciudadanos, jugando con las vidas humanas, incluso de menores de edad.

«El Sáhara Occidental solo es un paso más hacia su expansionismo (de Marruecos), que incumbe a todos los países vecinos, incluido España»

La crisis de Ceuta ha coincido con la presencia del presidente saharaui en España, pero es la tónica habitual marroquí desde hace muchos años: presionar con las vidas de inmigrantes para lograr sus objetivos de España. Desde finales del año pasado, lo estamos viendo en las islas Canarias, así es el chantaje de Marruecos. Mientras no se le paren los pies, tiene unas ansias expansionistas enormes y las intenta saciar, pretenden que se le reconozca la soberanía sobre el Sáhara Occidental, pero el Sáhara solo es un paso más hacia su expansionismo que incumbe a todos los países vecinos, incluido España.

Sin embargo, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, reconocía ayer que la crisis desatada por Marruecos sí es consecuencia de la presencia de Gali en España.

La pataleta de Marruecos puede asociarse a esto en lo inmediato, pero la forma de actuar marroquí viene así de lejos, ya hemos visto los últimos meses la situación en Canarias. No se puede relacionar únicamente a este inciso. Es una política que Marruecos ha utilizado contra todos los gobiernos que ha habido en España, no solo con el actual. Le ha funcionado.

Marruecos no entiende los conceptos básicos de las Relaciones Internacionales, como el respeto mutuo, la buena vecindad, la no injerencia en los asuntos internos… No entiende cómo cada uno ha de hacer concesiones en favor de una cooperación fructífera que dé resultados positivos en el marco de las relaciones bilaterales y multilaterales de los estados. Toda su política internacional gira alrededor de conseguir un reconocimiento sobre la ocupación ilegal, contraria al Derecho Internacional, como la del Sáhara Occidental, que ya dura 45 años. España es la potencia administradora y tiene una responsabilidad histórica en este sentido.

Las pataletas de Marruecos siguen dando resultados. Ayer el Gobierno español concedía 30 millones de euros más a Marruecos para contener la inmigración.

Si ese era el objetivo, podría haber evitado poner en riesgo vidas humanas y de menores en el mar. Lleva años recibiendo cantidades ingentes de dinero de España y la Unión Europea para tal efecto. Las imágenes han demostrado que Marruecos usa este marco para abrir las puertas cuando le es útil para conseguir unos objetivos políticos que siempre son ocultos, pues son contrarios a la legalidad internacional y a los Derechos Humanos.

Ayer Marruecos llamaba a consultas a su embajadora en Madrid. Las relaciones bilaterales hispano-marroquíes pasan por un momento delicado. ¿Es esto una ventana de oportunidad para que España se involucre en la solución del conflicto saharaui?

Las relaciones entre España y Marruecos son cíclicas, no es la primera crisis ni será la última. Estos ciclos responden al uso que Marruecos hace de manera unilateral de generar posicionamientos con respecto al Sáhara Occidental. Nosotros entendemos que el tema del Sáhara es una cuestión definida claramente en las Naciones Unidas, una cuestión de legalidad y Derecho Internacional. Por lo tanto, de lo que se trata es de que el pueblo saharaui pueda decidir lo que quiera ser, eso es lo que reclamamos.

«El tema del Sáhara es una cuestión definida en las Naciones Unidas, una cuestión de legalidad y Derecho Internacional»

A partir de ahí, el posicionamiento de cada gobierno puede acelerar o desacelerar una solución política y pacífica del conflicto. Durante los últimos 29 años, la comunidad internacional ha evitado facilitar un plan de arreglo acorde a nuestro derecho a la autodeterminación, lo que ha llevado a que Marruecos haya llegado hasta a violar el alto el fuego firmado en 1991. Por ello, desde los últimos cinco meses nos encontramos en una guerra abierta en el Sáhara Occidental como consecuencia de la inacción de la comunidad internacional y de los distintos gobiernos de España. No creemos que esta crisis vaya a ser clave para resolver el conflicto del Sáhara. La comunidad internacional tiene mucho que hacer, el pueblo saharaui, también, y es lo que estamos haciendo.

«Una guerra abierta», dice. El pasado noviembre, Marruecos rompía el alto el fuego. Desde entonces, ¿qué valoración hace de la evolución de la contienda militar?

Siempre hemos advertido que el fracaso de la vía pacífica conduciría inevitablemente al retorno de las acciones bélicas. Así ha sido, nadie nos hizo caso. Desde que Marruecos rompió el alto el fuego en Guerguerat estamos en una situación de guerra. Buscamos nuestros objetivos de la independencia mediante esta opción, el Derecho Internacional nos asiste. A los pueblos bajo ocupación, oprimidos y en situación colonial les asiste el Derecho Internacional para su autodefensa. En ese campo estamos actualmente, con la determinación de llevar nuestra lucha hasta el objetivo final, hasta nuestra independencia.

El mes de enero, el expresidente estadounidense, Donald Trump, reconocía la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. ¿Cómo varió esto la situación del conflicto?

En nada. Una de las causas de esta pataleta de Marruecos tiene que ver con esto. Esperaban que tras la declaración de Trump, los países europeos, especialmente España, siguieran su ejemplo. No ha sido y esto ha irritado mucho a Marruecos. Desde entonces, comenzó el envío masivo de pateras a las Canarias para presionar para que España cambiara su posición respecto al Sáhara. No le ha funcionado, ningún otro país ha apoyado esa proclama de Trump. El nerviosismo de Marruecos explica lo que está sucediendo estos días.

Hace unos días, la activista saharaui Sultana Khaya denunciaba la violación a familiares suyas por parte de paramilitares marroquíes. ¿En qué situación se encuentran los activistas saharauis en las zonas ocupadas?

Lo que ha sucedido en los últimos días demuestra que, para Marruecos, la vida humana no tiene valor ni en Ceuta ni en el Sáhara. Si utiliza las vidas de sus propios ciudadanos para presionar por sus objetivos políticos qué no es capaz de hacer con los saharauis. Sobre todo, qué no es capaz de hacer a las mujeres activistas. El caso de Sultana demuestra una violencia atroz, unas agresiones salvajes por parte de las autoridades de ocupación y fuerzas paramilitares. Esto sucede con la absoluta ausencia de observadores internacionales y medios de comunicación. Aún así, la valentía y el coraje de las mujeres saharauis hace que el mundo conozca la situación de los Territorios Ocupados, no solo durante los últimos meses, sino durante los últimos 45 años. Si Marruecos es capaz de hacer a ojos de la Unión Europea lo que hemos visto esta semana, hagámonos una idea de lo que hace en un territorio herméticamente cerrado a los medios de comunicación.

Mostramos nuestra denuncia, nuestra repulsa. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que intervenga cuanto antes, al Comité Internacional de Cruz Roja y a todas las organizaciones defensoras de Derechos Humanos para acceder a ese territorio e intentar salvar la vida de Sultana Khaya, pues está seriamente amenazada.

(Fuente:Público-2021/05/19)